Mi vida después de Megaupload
Ya ha llovido bastante desde que el FBI, cuerpo policial de Estados Unidos pero que les encanta darse vueltas por el mundo, decidió cerrar Megaupload. Y vivir en un mundo postapocalíptico está resultando bastante curioso.
Me explico. Con Megauload todos éramos muy felices. Yo, que llevo bajándome material cultural desde Napster, pasando por Kazaa, Emule y Torrent me pasé rápidamente al Jdownloader y incluso me compré un abono en Megaupload. De pasarme el día con el ordenador abierto, y bajado material a toda velocidad, pasé a mirar online series, películas, y sólo descargar los libros para el ebook (al cual os dedicaré un día un post, ya que es mi joya de la corona y vivo profundamente enamorado de él) .
Megaupload encima me servía para subir muchos documentos que debía compartir con más gente. Durante mi último máster en la Universitat de Barcelona, gané relevancia entre el profesorado por colgarles el trabajo en Megaupload y enviarles por mail en enlace para descargarlo. Me encantaba hacerles esperar ese minuto mientras se lo bajaban, al no tener abono.
Ahí compartía de todo, vídeos, trabajos, fotos, fotomontajes y un largo etc. Cuando cerró lo perdí todo. Mi vida, mis series, mis documentos. Me quedé muy perdido. Aquella noche incluso no dormí pensando en todas las fotografías que no recuperaría. Por suerte, mi pareja de aquel momento hacía backup de todo, y finalmente no perdí nada. Otra lección para aprender.
Pero por mucha tristeza que tenía, mi vida online siguió tranquilamente. Han aparecido nuevos servicios, o algunos existentes se han potenciado. Puedes ver todas las series igual, las películas también. Nada ha cambiado. Es imposible ponerle puertas al campo!
Cerraron Megaupload, y aparecieron 100 servidores más. Cerraran estos 100 y aparecerán mil. Y quien quiera descargarse cosas, lo seguirá haciendo con total normalidad.
La Industria Cultural, que durante años han vivido muy bien, no quiere adaptarse a esta situación. Con Megaupload yo no tenía ningún problema por pagar mi abono, es más era algo que entendía. Por qué no le puedo pagar una cantidad a un autor directamente? o a un músico o a un guionista. Si me gusta su trabajo, y el precio me parece justo, lo haré sin problemas.
Pero lo que no quiero es financiar una industria obsoleta que se niega a aceptar que el mundo ha cambiado. Es como si el estado protegiera a los criadores de mulas, ya que pobrecitos, están padeciendo mucho con la creación del ferrocarril. Es inconcebible verdad? pues con las descargas nos pasa lo mismo.
Yo actualmente me bajo muchos ebooks. Los compraría encantado, pero me cobran 15 euros por los que a mi me gustan. 15 euros por un ebook. Estamos locos? El libro en la tienda vale 22. Mientras no haya un precio justo seguiré descargando y compartiendo. Y me encanta hacerlo. Nunca había leído tanto como estoy leyendo ahora, ni había consumido tanta cultura. No quiero que esto se pierda.
El mundo postmegaupload me encanta, ya que no ha cambiado, ni cambiará, y eso, nos hace un poco más grandes y libres a los internautas, ya que a pesar de los ataques, seguimos vivos, e incluso más fuertes.